Según el reporte publicado por el Fondo Monetario Internacional, “la economía mundial no había terminado de recuperarse de la pandemia” cuando comenzó el conflicto.
La inflación ya estaba al alza en muchos países, debido a los desequilibrios entre oferta y demanda generados por los problemas en las cadenas de producción, mientras que “las nuevas cuarentenas implantadas en China podrían generar nuevos cuellos de botella”.
Esta situación provoca que los efectos negativos de la guerra tengan un mayor impacto “desacelerando el crecimiento económico e incrementando la inflación”.
Los efectos de la guerra y las sanciones sobre Rusia provocaron una reducción de su estimado de crecimiento mundial hasta +3,6% este año, desde +4,2% proyectado en enero.
La economía mundial habría crecido +6,1% en el 2021.
Por otro lado, “la subida de los precios de las materias primas y demás presiones inflacionarias generarán una inflación de +5,7% en las economías avanzadas y de +8,7% en los mercados emergentes y economías en desarrollo”. Estos estimados son superiores a los estimados previos de +3,9% y +5,9%, respectivamente.
De acuerdo con el reporte, España experimentará el mayor crecimiento entre las economías avanzadas, con una expansión de +4,8%, seguida por Canadá con +3,9% y Estados Unidos e Inglaterra con +3,7%.
De este grupo, Alemania sería el país con peor desempeño, con un crecimiento económico proyectado en +2,1%.
En el grupo de mercados emergentes y economías en desarrollo, destaca el crecimiento estimado de +8,2% para India y de +7,6% para Arabia Saudita. Mientras que China solamente crecerá +4,4% según el estimado del FMI.
La región de Latinoamérica y el Caribe experimentaría una expansión económica de +2,5%, mientras que Rusia sufriría una recesión de -8,5% en su producto interno bruto.
La institución considera que “la prioridad inmediata es acabar con la guerra”. No solo por las nefastas consecuencias económicas, sino por el drama humanitario que representa.
Adicionalmente, recomienda a las autoridades monetarias enfocar sus esfuerzos y ajustar su política para “asegurarse que las expectativas de inflación de mediano y largo plazo permanezcan ancladas”.
Esto significa que el público perciba que la inflación no continuará subiendo sin control, sino que las medidas tomadas por los bancos centrales logran estabilizar los precios nuevamente a niveles acordes con un crecimiento económico sostenido.
Por otro lado, considera importante realizar esfuerzos para contener definitivamente el Covid-19 en todas las regiones del mundo.
Sócrates se graduó en la universidad y enseguida comenzó a trabajar cubriendo el mercado de acciones de Estados Unidos, México, Brasil, Argentina y Venezuela. A medida que avanzó en su carrera profesional administró fondos mutuales, fondos de retiro y carteras institucionales. Además, fue trader de bonos de deuda de mercados emergentes para carteras propietarias. Sócrates fue CFA charterholder durante 14 años, pero actualmente no es miembro activo del CFA Institute. También es Financial Risk Manager, certificado por Global Association of Risk Professionals.