¡Prepárense llega el invierno! Podrían ser tiempos difíciles para Estados Unidos pero mucho mejores para el oro.
Algunos de vosotros es probable que ya hayáis visto la nieve pero de momento el invierno astronómico aún está por llegar. Por desgracia es posible que se trate de un invierno realmente crudo, en lugar de jugar a hacer muñecos de nieve este año tendremos que luchar con el coronavirus.
Está claro que las vacunas nos van a ayudar (esta semana ya se han empezado a administrar las primeras dosis de la vacuna de Pfizer) pero su distribución generalizada en realidad empezará el año que viene por lo que seguimos teniendo que lidiar con las víctimas de la pandemia aquí y ahora (tal y como ves en el gráfico la cifra diaria de contagios en EEUU se mantiene por encima de 200,000).
También debemos tener en cuenta que una cosa es el aumento de los positivos y otra es el gran incremento de hospitalizaciones por COVID-19, algo aún más espantoso. Tal y como se ve en el gráfico inferior la cifra de hospitalizados en Estados Unidos ha subido a un máximo histórico de 100,000 en parte por el repunte que ha habido tras la festividad de Acción de Gracias.
Además me parece importante indicar que la situación incluso podría ir a peor porque la gente pasa más tiempo dentro de los edificios durante el invierno y hay muchas reuniones familiares en Navidad y en la Janucá.
Sé que seguramente te estará llegando una gran cantidad de información sobre la epidemia, no tienes más que leer la prensa o ver la TV durante unos instantes para comprobarlo, pero el motivo por el que escribo sobre este asunto no es porque me haya convertido en un epidemiólogo o porque te quiera asustar, lo que pasa es que la pandemia sigue afectando a la economía mundial y explica por qué se está ralentizando el crecimiento de la economía estadounidense.
Verás, lo que ocurre es que en el verano y otoño de este 2020 la economía americana se recuperaba a buen ritmo pero eso podría formar parte del pasado. Tal y como ya comenté en mi artículo anterior el informe del mercado laboral del mes de noviembre fue débil y decepcionante, además los datos publicados con una frecuencia más elevada también apuntan en la misma dirección. Sin ir más lejos la cifra de reservas en hoteles y viajes en avión, además de la ocupación en restaurantes ha estado cayendo en las últimas semanas.
Sin embargo también hay más factores detrás de la desaceleración más reciente de la economía. El primero es que el ritmo de la recuperación no se podía mantener. Me explico, en primavera la economía entró en una profunda crisis que coincidió con el momento en el que se introdujeron cuarentenas estrictas en muchos países, cuando pasó esa primera oleada la economía se recuperó muy rápidamente pero ese ritmo ha bajado como era de esperar. El segundo es que se introdujeron ayudas fiscales para hacer que aumentara el PIB pero el Congreso desde entonces no ha conseguido ponerse de acuerdo para sacar otro paquete de estímulos.
¿Qué significa todo esto para el oro? Bueno, vemos posible que la economía vuelva a crecer con fuerza si se distribuyen vacunas de manera amplia entre toda la población, tal y como ya se ha empezado a hacer durante esta semana. Sin embargo antes de que esta medida tenga un efecto sobre la economía vamos a tener un invierno muy complicado por delante. Esto quiere decir que las próximas semanas podrían ser buenas para el oro, especialmente si tenemos en cuenta que en los últimos años el metal precioso ha subido en el mes de enero (a veces incluso en la segunda mitad del mes de diciembre.)
¿Pero cuál será el próximo movimiento de los precios del oro? ¿Se hundirán en 2021 tras la distribución de las vacunas?
Ciertamente las vacunas de algún modo pueden cambiar la dinámica que lleva el mundo durante el año que viene. El efecto que están teniendo es un aumento de la demanda de activos de riesgo (subida de las bolsas) lo que daña la demanda de valores refugio como el oro, por tanto sí vemos un riesgo bajista aunque también es posible que ya esté incorporado en el precio.
Sin embargo pensamos que las vacunas tampoco son la panacea. Esto quiere decir que sí podrían protegernos del virus pero no van a solucionar todos nuestros problemas económicos por tanto hay que actuar con cautela. El lunes 7 de diciembre el Banco de Pagos Internacionales (BIS en inglés) ya avisó al público de que “estamos pasando de la fase de liquidez a la fase de solvencia de la crisis”.
En realidad también es posible que el escenario posterior al invierno y a la pandemia beneficie al oro. Verás, el oro es un activo que sirve a los profesionales para diversificar sus carteras haciendo una función de valor refugio en periodos de mucha incertidumbre, pero su máximo rendimiento se produce en la primera fase de la recuperación económica, especialmente si los bancos centrales siguen manteniendo una política monetaria de tipos de interés en el cero por ciento. Por tanto vemos toda una serie de factores que deberían impulsar los precios del oro durante el año que viene: un supuesto nuevo paquete de estímulos en Estados Unidos, los bajos tipos de interés, la preocupación por el dólar estadounidense y la sostenibilidad de la deuda, además del miedo a que se dispare la inflación tras la recuperación económica del 2021.
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