Traducido por IA
El oro cerró la semana en $3,337.07, bajando $13.02 o -0.39%, ya que las negociaciones comerciales pioneras y el fortalecimiento del dólar minaron la posición defensiva del metal precioso. El exitoso acuerdo entre EE. UU. y Japón, que redujo los aranceles a automóviles y otros bienes, seguido por la confianza de la Comisión Europea de alcanzar un acuerdo EE. UU.-UE antes de la fecha límite del 1 de agosto, redujo drásticamente las primas de riesgo geopolítico que habían apoyado al oro a comienzos del mes.
La recuperación del dólar desde mínimos que se extendieron durante varias semanas resultó decisiva, ya que datos alentadores del mercado laboral reforzaron la resiliencia de la Fed a pesar de la creciente presión política. La visita sorpresiva de Trump a la Fed y las renovadas demandas de recortes profundos en las tasas subrayaron las tensiones crecientes con el presidente Powell, aunque las garantías de la secretaria del Tesoro, Bessent, de que Powell no se verá obligado a abandonar el cargo ayudaron a estabilizar el sentimiento.
La decisión de la Fed del miércoles representa el catalizador más crítico para el oro, con los mercados valorando una probabilidad del 97,4% de que las tasas se mantengan en el rango del 4.25%-4.50%. Aunque el comunicado del FOMC puede carecer de efectos llamativos, la conferencia de prensa de Powell podría resultar explosiva dado el enfoque cada vez más combativo de Trump y las divisiones internas en la Fed, con los gobernadores Waller y Bowman abogando por un alivio inmediato.
Los economistas de BofA esperan que Powell enfatice la importancia de la paciencia y la dependencia de los datos, probablemente señalando que el desempleo se mantiene en un rango estable a pesar de la desaceleración en la creación de empleo en el sector privado.
Es crucial que Powell destaque los efectos de transmisión de los aranceles observados en la lectura del IPC de junio, que fue del 2.7%, ofreciendo así un resquicio justificativo frente a la presión política para recortes agresivos. Cualquier sorpresa con tono dovish podría desencadenar fuertes rallys en el oro, pero el escenario básico sugiere una persistente postura hawkish que presionaría al metal precioso a la baja.
Las expectativas de crecimiento del PIB del 2.3% para el segundo trimestre, recuperándose de la contracción del -0.5% en el primer trimestre, representan una espada de doble filo para el oro. Aunque los economistas de BofA advierten que esta fortaleza refleja reversiones en las importaciones derivadas del precargado de aranceles y no un vigor económico genuino, la cifra global podría reforzar la confianza de la Fed en mantener una política restrictiva.
David Payne, de Kiplinger, sugiere que promediar las cifras del primer y segundo trimestres ofrece una imagen de crecimiento más realista, pero los mercados tienden a reaccionar primero a los números principales. Una cifra robusta del PIB podría, temporalmente, impulsar la fortaleza del dólar y reducir los temores de recesión que suelen sostener al oro, aunque la debilidad subyacente eventualmente podría tener un impacto mayor en la política de la Fed.
Los datos de empleo de julio, con previsiones de BofA de apenas 60,000 nuevos puestos en contraste con la lectura de junio, que superó las expectativas, representan el catalizador fundamental más importante para el oro. Powell ha declarado de forma explícita que un debilitamiento significativo del mercado laboral podría acelerar la consideración de recortes, haciendo que este informe sea potencialmente decisivo para la política monetaria.
Ya se observan señales de debilitamiento en el mercado laboral, como la disminución de las horas trabajadas, la desaceleración en el crecimiento salarial y una modesta ganancia de 74,000 empleos en el sector privado durante junio. Las elevadas cifras en las solicitudes continuas y los efectos desfavorables de la estacionalidad podrían afectar aún más los números de julio, aunque los impactos de la política migratoria aún resultan prematuros.
El oro se enfrenta a un punto de inflexión crítico, en el que datos de empleo decepcionantes podrían anular el optimismo generado por el comercio y la fortaleza del PIB.
Una cifra de empleo en julio inferior a 60,000, combinada con cualquier señal dovish por parte de la Fed, podría revertir rápidamente el sentimiento bajista actual y reactivar el impulso del oro hacia máximos históricos por encima de $3,500.
No obstante, sólidos datos económicos y la persistente postura hawkish de la Fed probablemente prolongarán la debilidad del oro, con la presión política sobre Powell generando además volatilidad adicional, independientemente de los fundamentos económicos.
Desde un punto de vista técnico, el nivel clave a vigilar esta semana es el pivote a corto plazo en $3310.48. Mantenerse por encima de este nivel ofrecerá al mercado la oportunidad de desafiar los máximos actuales en $3451.53 y $3500.20. Si no se sostiene, el impulso se desplazará a la baja, con $3244.41 como siguiente objetivo, seguido de $3166.46.
Más información en nuestro Calendario Económico.
James A. Hyerczyk ha trabajado como analista fundamental y técnico de los mercados financieros desde 1982. James comenzó su carrera en Chicago como analista de mercado de futuros para CBOT y CME y ha estado ofreciendo análisis de calidad para traders profesionales durante 36 años. Su trabajo técnico utiliza las técnicas de análisis de patrón, precio y tiempo de W.D. Gann. James tiene un Máster en Administración de Empresas de la St. Xavier University y un Máster en Mercados Financieros y Negociación del Instituto de Tecnología de Illinois.