Unos tipos más elevados continuarán haciendo del dólar un activo atractivo y la recesión aumentará su atractivo como valor refugio.
La subida incesante del dólar estadounidense del 2022 ha destrozado a las divisas extranjeras, se ha llevado por delante los beneficios de las empresas multinacionales y ha dado a los inversores una de las operaciones más rentables del año para los que se dedican a seguir tendencias. También es cierto que el dólar ha tenido problemas desde finales de septiembre pero pensamos que la preocupación que hay por la recesión puede mantenerlo elevado en 2023.
Recordemos que el dólar alcanzaba su nivel más alto en casi 20 años el día 28 de septiembre tras subir alrededor de un 20% durante el año, sin embargo, esas ganancias se han reducido a la mitad porque los traders empezaron a apostar por que la Reserva Federal frenaría el ciclo de subidas de tipos que había generado esas mismas ganancias, tal y como ya empezamos a ver hace un par de semanas.
La agresiva campaña de subidas de tipos de la Reserva Federal provocó un aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, que resultó ser el principal catalizador detrás de la fortaleza del dólar, sin embargo, también hubo otros factores importantes respaldando a la divisa norteamericana.
Por ejemplo, los inversores también se refugiaron en el dólar por considerarlo de manera tradicional como un valor refugio en tiempos de incertidumbre, sobre todo para protegerse del incremento de la volatilidad en los mercados asociada con el repunte de la inflación a nivel mundial, la escalada de los precios de la energía y la invasión rusa de Ucrania.
Otro factor que contribuyó al mejorar el atractivo del dólar fue la fortaleza comparativa de la economía estadounidense, con Europa sumida en una crisis energética y camino de la recesión, y China con problemas para crecer por todas las restricciones estrictas impuestas para lidiar con la COVID-19.
El dólar estadounidense sigue camino de registrar su mejor año desde 2014 incluso después de haberse desplomado en el cuarto trimestre del año. En cuanto a esa caída obviamente hay que destacar que empezó con las predicciones que apuntaban a una moderación en el ciclo de retirada de estímulos de la Reserva Federal pero también es verdad que algunos gestores de fondos dijeron que comprar dólares era “La operación más multitudinaria” del mercado. En otras palabras, algunos vendieron dólares por pensar que estaba sobrevalorado a nivel fundamental y en sobrecompra a nivel técnico.
A pesar de ese movimiento bajista una encuesta reciente de Reuters entre 66 estrategas del mercado de divisas sugiere que el dólar podría cotizar en la misma región en la que se encuentra ahora dentro de un año, con muchos de ellos esperando que la retirada general de estímulos monetarios por parte de los bancos centrales de todo el mundo perjudicará al crecimiento económico e impulsará nuevamente el atractivo del dólar como valor refugio.
Predecir la dirección del dólar es importante para todo el espectro de los mercados financieros, puesto que su trayectoria influye en todo, desde beneficios empresariales hasta los precios de materias primas como el petróleo y el oro.
En particular uno debe tener en mente que las subidas del dólar estadounidense hacen que los productos exportados hacia el exterior resulten menos competitivos, al mismo tiempo que perjudica a las multinacionales estadounidenses que cobran en divisas extranjeras que deben cambiar en dólares más caros. Por tanto ese riesgo en la fluctuación del tipo de cambio puede perjudicar los beneficios empresariales.
La exposición exterior del S&P 500 se sitúa en torno al 30%, según Bank of America, siendo los sectores tecnológico y de materiales los más vulnerables. Además, la subida del dólar recortó en torno a un 8% los beneficios del S&P en 2022, según Tom Lee, responsable de investigación de Fundstrat Global Advisors.
La economía mundial también sufre cuando el dólar está demasiado fuerte. La explicación es que en esas circunstancias el dólar presiona al el precio del crudo y de otras materias primas denominadas en la divisa norteamericana encareciéndolas a los compradores extranjeros, al mismo tiempo que encarece el pago de la deuda a empresas y gobiernos extranjeros que se han endeudado en dólares, según Reuters.
También es cierto que un dólar sólido puede moderar los precios al consumo en Estados Unidos, pero también presiona a la baja las divisas de otros países, contribuyendo a incrementar la inflación en todo el mundo. En particular el Fondo Monetario Internacional calculó en octubre que, en término medio, una apreciación del dólar del 10% conduce a un repunte de la inflación del 1%.
A principios de 2023 esperamos que los inversores presten mucha atención sobre todo a lo que ocurra con la inflación al consumo porque la caída del dólar desde su máximo de 2022 empezó a acelerarse en el momento en que los datos empezaron a mostrar que los precios al consumo cayeron más de lo esperado en octubre. Esa noticia contribuyó a generar un desplome del 5% de dólar frente a un grupo de divisas de referencia en noviembre, en la que fue su mayor caída mensual desde 2010.
El sentimiento también ha cambiado a finales de 2022 puesto que los especuladores de los mercados de futuros entraron en una posición corta neta sobre el dólar estadounidense en noviembre por primera vez en 16 meses. Por nuestra parte también esperamos que el mercado comience el año nuevo con una posición corta neta sobre el dólar.
Pensamos que la posibilidad de mantener el tono bajista del dólar de finales de año dependerá principalmente de la capacidad de la Reserva Federal de contener la inflación lo suficiente como para poder permitirse eventualmente relajar su agresiva política monetaria.
Así que básicamente no creemos que el dólar vuelva a los máximos de 2022 el año que viene pero pensamos que seguirá recibiendo suficiente apoyo para evitar desplomarse por completo.
Una de las razones por las que el dólar podría estabilizarse a principios de año es el tono agresivo empleado por la Reserva Federal en su última reunión del 14 de diciembre. Recordemos que antes de esa reunión el dólar caía porque los traders descontaban ya en el mercado un tono más moderado por parte de los dirigentes del banco, sin embargo, el dólar formó un mínimo a corto plazo en 102,875 después de que los responsables de la Reserva Federal afirmaran que esperan subir más los tipos de interés y mantenerlos altos durante más tiempo del que se esperaba.
Además, dijeron que la lucha contra los altos niveles de inflación probablemente tendría un impacto más negativo en la economía y el mercado laboral del esperado.
Y aunque el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que las últimas proyecciones de los miembros de la Reserva Federal no implicaban necesariamente que la economía vaya a entrar en recesión, sí sugirió que el riesgo merececía la pena, y que la Reserva Federal no tiene planes de recortar los tipos para amortiguar el golpe.
Creemos que habrá dos movimientos importantes en el dólar estadounidense en 2023. Esperamos que el primer movimiento sea al alza, con la divisa norteamericana respaldada por las subidas de tipos de la Reserva Federal y la recesión económica, puesto que unos tipos más altos tienden a fortalecer al dólar, mientras que la recesión aumenta su atractivo como divisa refugio.
Tras una leve recesión es probable que la Reserva Federal mantenga los tipos estables o incluso que hable de un posible recorte de los mismos, en cuyo caso el dólar recibiría presión bajista como consecuencia.
James A. Hyerczyk ha trabajado como analista fundamental y técnico de los mercados financieros desde 1982. James comenzó su carrera en Chicago como analista de mercado de futuros para CBOT y CME y ha estado ofreciendo análisis de calidad para traders profesionales durante 36 años. Su trabajo técnico utiliza las técnicas de análisis de patrón, precio y tiempo de W.D. Gann. James tiene un Máster en Administración de Empresas de la St. Xavier University y un Máster en Mercados Financieros y Negociación del Instituto de Tecnología de Illinois.