¿Hacia dónde irá el oro a partir de ahora? ¿Qué implicaría una presidencia de Biden para el metal precioso?
América ha elegido a un nuevo presidente, han sido unas elecciones muy reñidas pero al final Biden ha acabado ganando y entrará en la Casa Blanca el próximo 20 de enero. El oro subió justo después de las elecciones pero poco tiempo después se desplomaba con la noticia del avance realizado por Pfizer hacia la vacuna, tal y como mostramos en el gráfico más abajo. Esta es información bien conocida por todos.
Pero las preguntas que nos hacemos son las siguientes, ¿Hacia dónde irá el oro a partir de ahora? ¿Qué implicaría una presidencia de Biden para el metal precioso?
Para responder a estas preguntas vitales vamos a analizar la agenda que tiene el presidente electo. Si entramos en la página oficial de la transición presidencial Biden-Harris encontramos que la nueva administración tiene cuatro prioridades: la COVID-19, la recuperación económica, la igualdad racial y el cambio climático.
Evidentemente el primer problema a resolver es la pandemia. Trump se mostró relativamente indeciso sobre si tenía que luchar agresivamente con el coronavirus o si era mejor quitarle importancia a la amenaza que suponía, algo que creo que le costó los votos de la gente mayor y al final un segundo mandato, pero Biden parece decidido a terminar con la pandemia. De momento ha aceptado ese reto y ha prometido escuchar lo que diga la ciencia y los profesionales sanitarios, aunque aún está por ver que lo haga.
En cualquier caso Biden tiene un plan de siete puntos para combatir el virus de entre los que destacaría dos: 1) garantizar que todos los estadounidenses tienen acceso a tests gratuitos de manera periódica, fiable y gratuita; 2) implementar el uso de la mascarilla a nivel nacional trabajando con los gobernadores y alcaldes y pidiendo al pueblo americano que haga lo que mejor sabe hacer: dar lo mejor de sí mismo cuando llega una crisis.
Pensamos que aumentar la tasa de tests que se hacen diariamente es una gran idea. De hecho según algunos epidemiólogos la mejor idea para combatir el virus sería la combinación de tests rápidos de forma generalizada con el rastreo de los contactos de los enfermos. La imposición de la mascarilla es un tema controvertido desde el punto de vista de las libertades individuales pero también podría ser importante para reducir la trasmisión del coronavirus. También hay algo importante que no se menciona en ese plan, me refiero a la falta de referencias a las cuarentenas o los confinamientos. La conclusión es que la determinación de Biden de acabar con el virus sin recurrir a un confinamiento es bastante negativa para los precios del oro.
La segunda prioridad de Biden es la recuperación económica para lo cual uno de los principales puntos de su agenda consiste en construir más infraestructuras modernas, lo que implica más gasto del gobierno. Esto es importante porque los planes de Biden para financiar estas inversiones pasan por cancelar las bajadas de impuestos que Trump aplicó a las empresas. Además Biden también planea reformar el mercado laboral con una propuesta que doblaría el salario mínimo, subiéndolo de 7.25$ a 15$ la hora. Además quiere que a los trabajadores les resulte más fácil organizarse en sindicatos o que se pague un subsidio universal los días de baja por enfermedad. También se especifica como uno de los objetivos el acceso a una sanidad más asequible para una parte más amplia de la población.
Desde el punto de vista económico esas reformas agresivas del mercado laboral harían que aumentaran los gastos laborales y tal vez eso no sea lo mejor en un periodo de recuperación económica, justo cuando muchos pequeños y mediano emprendedores siguen sufriendo para poder sobrevivir en el mercado. Además cancelar las rebajas de impuestos de Trump no sería una noticia especialmente bienvenida por Wall Street y las empresas americanas. Por tanto la agenda económica de Biden de algún modo podría beneficiar al oro, especialmente si el aumento del gasto en infraestructuras se financia con grandes déficits fiscales y más incrementos de la deuda pública.
Sin embargo el efecto real dependerá en gran medida de la reacción de los participantes del mercado. Si los inversores se centran en la construcción de infraestructuras y en la mejora de la economía en lugar del aumento de la deuda el oro podría sufrir. Personalmente creo que en el escenario macroeconómico actual de tipos de interés bajos, aumento de la deuda pública y riesgo de subida de la inflación, el oro debería rendir satisfactoriamente.
La tercera prioridad es la igualdad racial y no veo que se describa con precisión, más bien se comentan una serie de postulados pero sin concretar puntos específicos. Lo que está claro es que la agenda incluirá políticas para reformar la legislación y reducir la disparidad racial dentro del sistema de justicia, sin embargo este intento de mejorar la igualdad racial no debería impactar sobre los precios del oro de manera significativa.
Finalmente Biden también quiere lidiar con el cambio climático invirtiendo en infraestructuras verdes y tratando de alcanzar una producción energética libre de emisiones de carbono para el 2035, algo que se buscaría para la economía al completo para el 2050. Este plan parece bastante atrevido y si la nueva administración se centra demasiado en proteger la naturaleza es muy posible que castigue al sector privado con nuevas regulaciones y lastre el crecimiento económico. Por tanto esto podría ser positivo para los precios del oro, especialmente si se combina con nuevos estímulos fiscales, un mayor gasto del gobierno y un aumento desproporcionado de la deuda federal.
Resumiendo, la presidencia de Biden podría ser de algún modo positiva para los precios del oro debido al aumento del gasto del gobierno y a las medidas que podrían perjudicar a las empresas como suprimir las rebajas fiscales de Trump o aumentar los costes laborales (aumentando el salario mínimo…). Sin embargo el impacto de Biden sobre el oro probablemente será inferior al que pensaban previamente muchos analistas porque los Republicanos podrían retener el poder del Senado (en caso de que ganen al menos uno de los dos asientos de Georgia en la segunda vuelta del mes de enero) y bloquear las ideas más radicales de la nueva administración.
Por otra parte los Republicanos rindieron por encima de las expectativas en las elecciones, ganando plazas en la Cámara y casi manteniendo la Casa Blanca, lo que demuestra que los votantes no apoyan las medidas más progresistas de la agenda Demócrata. Por tanto Biden probablemente gobernará más como un político de centro que uno de extrema izquierda, lo que es bueno para la economía pero perjudicial para los precios del oro. A pesar de este análisis los inversores no deberían subestimar el poder que tiene el presidente sobre la economía, lo que quiero decir es que el oro podría continuar en modo alcista con Biden en la Casa Blanca pero podría girar a la baja si hay un cambio brusco en las condiciones macroeconómicas y empiezan a subir los tipos de interés reales.
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