Traducido por IA
La economía estadounidense creció a un ritmo anualizado del 3.0% en el segundo trimestre, según la estimación preliminar de la Oficina de Análisis Económico, superando las previsiones y mostrando un sólido repunte respecto a la contracción del trimestre anterior.
La estimación del Dow Jones de 2.3% fue superada con holgura, siendo este repunte atribuido en gran medida a la mejora en la balanza comercial y el fortalecimiento del gasto del consumidor.
Este informe marca la reversión de la caída del 0.5% del primer trimestre, que se vio afectada por un aumento en las importaciones y un debilitamiento del consumo doméstico vinculado a la incertidumbre arancelaria.
El principal factor que contribuyó al repunte del segundo trimestre fue la disminución de las importaciones, las cuales restan en los cálculos del PIB. En el primer trimestre, las empresas aceleraron las importaciones en previsión de un aumento de aranceles tras la declaración del 2 de abril del presidente Trump. Esa actividad adelantada se revirtió en el segundo trimestre, aliviando la presión sobre el PIB. Aunque la inversión general y las exportaciones disminuyeron durante el trimestre, la reducción en el volumen de importaciones compensó ese impacto.
El gasto del consumidor, que había estado a la baja a principios de año, recobró impulso en el segundo trimestre, aumentando un 1.4% frente a solo un 0.5% en el primer trimestre. Esta mejora señala una recuperación moderada de la demanda interna, aunque el ritmo sigue por debajo de los promedios históricos.
Las ventas finales reales a compradores privados nacionales —un indicador clave de la fortaleza del sector privado— crecieron apenas un 1.2%, desacelerándose desde el 1.9% del primer trimestre, lo que sugiere que la inversión privada permanece cautelosa a pesar del crecimiento general del PIB.
Las medidas de precios en el segundo trimestre también evidenciaron una disminución en la inflación.
El índice de precios de las compras internas subió un 1.9%, a la baja desde el 3.4% en el primer trimestre. El índice de precios del PCE aumentó un 2.1%, y el PCE intermedio, excluyendo alimentos y energía, subió un 2.5% —ambos valores inferiores a los del trimestre anterior.
Esta moderación en la inflación podría proporcionar a la Reserva Federal mayor flexibilidad en caso de que el crecimiento se debilite o las tensiones comerciales se intensifiquen.
El desempeño del PIB en el segundo trimestre y la mejora en la actividad del consumidor indican una inclinación alcista a corto plazo para los mercados de renta variable, especialmente los sectores vinculados al consumo interno.
Sin embargo, el modesto incremento en las ventas privadas finales y la contracción en la inversión empresarial hacen sugerir que se debe proceder con cautela.
Si las tensiones comerciales se intensifican o el impulso del consumidor disminuye, las perspectivas podrían suavizarse.
Por ahora, los datos respaldan un enfoque prudente en la toma de riesgos, especialmente si la inflación se mantiene contenida y la Reserva Federal mantiene su postura.
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James A. Hyerczyk ha trabajado como analista fundamental y técnico de los mercados financieros desde 1982. James comenzó su carrera en Chicago como analista de mercado de futuros para CBOT y CME y ha estado ofreciendo análisis de calidad para traders profesionales durante 36 años. Su trabajo técnico utiliza las técnicas de análisis de patrón, precio y tiempo de W.D. Gann. James tiene un Máster en Administración de Empresas de la St. Xavier University y un Máster en Mercados Financieros y Negociación del Instituto de Tecnología de Illinois.