Ucrania acusa a francotiradores rusos de abusar de una niña y violar en grupo a su madre

KIEV, 14 mar (Reuters) – Ucrania ha acusado a dos soldados rusos de agredir sexualmente a una niña de cuatro años y de violar en grupo a su madre a punta de pistola delante de su padre, como parte de las denuncias generalizadas de abusos durante la invasión que comenzó hace más de un año.

Según los archivos de la fiscalía ucraniana, a los que tuvo acceso Reuters, los incidentes formaban parte de una oleada de delitos sexuales cometidos por soldados rusos de la 15ª Brigada Separada de Fusiles Motorizados en cuatro hogares del distrito de Brovarí, cerca de la capital, Kiev, en marzo de 2022.

El Ministerio de Defensa ruso no respondió a una solicitud de comentarios. Los números de teléfono de la brigada estaban fuera de servicio. Dos responsables de la Guarnición de Samara, de la que forma parte la brigada, dijeron que no podían dar los contactos de la unidad cuando fueron contactados por Reuters y uno de ellos dijo que eran clasificados.

Durante la fallida ofensiva de Moscú para capturar Kiev tras su invasión del 24 de febrero, los soldados entraron en Brovarí unos días después, saqueando y utilizando la violencia sexual como táctica deliberada para aterrorizar a la población, dijeron los fiscales ucranianos.

“Señalaron a las mujeres de antemano, coordinaron sus acciones y sus funciones”, afirmaron los fiscales, cuyos documentos de 2022 se basan en entrevistas con testigos y supervivientes.

La mayoría de las presuntas atrocidades tuvieron lugar el 13 de marzo, cuando soldados “en estado de embriaguez, irrumpieron en el patio de la casa donde vivía una joven familia”, alegaron los fiscales.

Golpearon al padre con una olla de metal y le obligaron a arrodillarse mientras violaban en grupo a su esposa. Uno de los soldados dijo a la niña de cuatro años que “la convertiría en una mujer” antes de abusar de ella, según los documentos.

La familia sobrevivió, aunque los fiscales dijeron que están investigando otros delitos en la zona, incluidos asesinatos durante el mismo periodo.

El Gobierno del presidente Vladimir Putin, que dice estar luchando contra los “neonazis” apoyados por Occidente en Ucrania, ha negado repetidamente las acusaciones de atrocidades. También ha negado que sus mandos militares sean conscientes de la violencia sexual ejercida por los soldados.

Los dos soldados eran francotiradores, de 32 y 28 años, según los archivos, que añadían que el primero había muerto mientras que el más joven, llamado Yevgeniy Chernoknizhniy, había regresado a Rusia.

Cuando Reuters preguntó por la identidad de ambos soldados, los fiscales sólo facilitaron el nombre del más joven. Cuando Reuters llamó a un número que figuraba en las bases de datos en línea para localizarlo, una persona que dijo ser el hermano de Chernoknizhniy afirmó que había fallecido.

“Ha muerto. No hay forma de localizarle”, dijo el hombre, llorando. “Es todo lo que puedo decir”.

Reuters no pudo confirmar de forma independiente su afirmación.

Acusaciones crecientes

Los dos francotiradores se encontraban entre los seis sospechosos acusados en las agresiones de Brovarí, que según los fiscales es una de las investigaciones más amplias sobre abusos sexuales desde la invasión.

Tras el presunto ataque a la niña y sus padres, los dos soldados entraron en la casa de una pareja de ancianos vecina, donde les golpearon, según los fiscales, y también violaron a una mujer embarazada de 41 años y a una joven de 17 años.

En otro lugar donde vivían varias familias, los soldados obligaron a todos a entrar en la cocina y violaron en grupo a una niña de 15 años y a su madre, dijeron.

Todas las víctimas sobrevivieron, según los fiscales, y están recibiendo asistencia psicológica y médica.

Se está llevando a cabo una investigación previa al juicio sobre el posible papel de oficiales superiores en los ataques de Brovarí, dijeron los fiscales, en un caso que se suma a las crecientes acusaciones de abusos sexuales sistemáticos por parte de soldados rusos.

La Fiscalía General de Ucrania afirma que está investigando más de 71.000 denuncias de crímenes de guerra recibidas desde que Rusia envió decenas de miles de tropas a la frontera.

Los investigadores ucranianos saben que la probabilidad de encontrar y castigar a los sospechosos es baja y que los posibles juicios serían principalmente en rebeldía, pero también existen esfuerzos internacionales para perseguir los crímenes de guerra, entre ellos el de la Corte Penal Internacional.

Aunque es poco probable que Moscú entregue a los sospechosos, cualquiera que sea condenado en rebeldía puede ser incluido en listas de vigilancia internacionales, lo que dificultaría sus desplazamientos.

Rusia también ha acusado a las fuerzas ucranianas de crímenes de guerra, incluida la ejecución de 10 prisioneros de guerra.

Una misión de supervisión de los derechos humanos de la ONU en Ucrania ha afirmado que la mayoría de las decenas de acusaciones de violencia sexual apuntaban al ejército ruso.

Hasta ahora, los fiscales ucranianos han condenado a 26 rusos por crímenes de guerra —algunos prisioneros de guerra, otros en rebeldía—, de los cuales uno fue por violación.

(Información de Anthony Deutsch en Ámsterdam y Stefaniia Bern en Kiev; información adicional de Anton Zverev y Maria Tsvetkova; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)